miércoles, 2 de junio de 2010

EL CORTEJO DE LA VIDA Y EL DE LA MUERTE

Lucas, tan buen escritor, nos describe con detalles muy emotivos el encuentro de dos cortejos. Por una parte el de una madre viuda que va enterrar a su hijo único, “a quien acompañaba mucha gente de la ciudad”; es el cortejo de la muerte. Por otra parte, el cortejo de Jesús “seguido por sus discípulos y una gran multitud”, el cortejo de la Vida. Es interesante el bello relato, pero más interesante es el mensaje que nos quiere transmitir el evangelio. Lucas nos quiere decir que Jesús, es el Señor de la Vida, que ha venido para que tengamos vida, y vida eterna.

La historia se repite. La comunidad celebrante de la Eucaristía es como un cortejo de personas que caminan hacia la muerte. Pero en este caminar por la vida y precisamente en la Eucaristía tenemos un encuentro con Jesús resucitado, dador de Vida, prenda de nuestra propia resurrección. No todo acaba con la muerte, nos espera la vida eterna.

Jesús nos puede decir hoy lo mismo que dijo al hijo de la viuda: “a ti te hablo: ¡levántate!” del camino de la muerte, y camina por los senderos de la vida.

Francisco Dardichón sj.