miércoles, 31 de agosto de 2011

LA CORRRECCIÓN FRATERNA

El evangelio nos recuerda lo que sería una práctica corriente entre las primeras comunidades judeocristianas de Mateo, la llama “corrección fraterna”, que, como las nuestras, no eran comunidades totalmente perfectas y debían, ayudarse unos a otros en corregir los posibles defectos.

La corrección pude ser un tema de plena actualidad para todos aquellos que tienen cierta autoridad sobre los demás, especialmente padres de familia y educadores, que pueden caer en extremos que no hacen ningún bien. Pueden ser demasiado blandos, excesivamente tolerantes ante las faltas de los hijos o alumnos, con ello se renuncia a educar, se los mima pero no los preparan para la vida.

Otro extremo es el de una autoridad mal entendida, prepotente, gritos, insultos y golpes por cualquier falta. Con ello los hacemos resentidos y vengativos.

No es fácil educar. Sería oportuno hacer un examen de conciencia para descubrir como vivimos la “corrección fraterna” a la que nos invita el texto de hoy.