lunes, 4 de enero de 2010

Entrevista a Francisco Dardichón sj.

El 25 de diciembre, en la reunión del Consejo Pastoral, P. Dardi anunció su retiro como párroco de San Pio X, para irse a la Casa de descanso “La esperanza”. Al respecto pudimos charlar con él, acerca de su decisión.

¿Cuál es su situación en la parroquia?
Estoy en tránsito para dejar la parroquia y explicando un poco mas la cosa es que los jesuitas tenemos cada vez menos personal, la gente que envejece, que ha muerto, la gente que deja la Compañía. No tenemos gente para atender todo el trabajo que hacemos y por ello hay que traspasar algunas de las obras que tenemos, en concreto una de ellas es Pío X. El Provincial nuestro ya ha pedido al Arzobispo que busque quien nos sustituya.

¿Cómo se imagina la parroquia sin usted?
Adivinar el futuro es imposible, pero será distinta, con algunas cosas mejor y otras quizás peor. Como todo cambio será algo distinto pero no es el fin del mundo. Cuando se marchó el P. Alejo vinieron otros padrecitos un tiempo pequeño, vine yo, distinto de Alejo, la parroquia ha seguido distinta de lo que era.

¿En que situación recibió usted la Comunidad y cuál la deja?
Cuando llegué a Pio X habían pasado unos meses que Alejo había dejado la parroquia entonces había un interinato. No conocía a nadie, nadie me conocía a mí, pero la gente se fue acercando y fuimos conociéndonos. Desde entonces poco a poco hemos subido al tren para organizar la parroquia más o menos tal como esta ahora.

¿Qué le diría a la Comunidad ante la noticia de su cambio?
Yo les pediría tomarlo con calma para empezar, aceptar toda la vida como es, todo lo que empieza ha de acabar. Acaba el párroco, la parroquia sigue, los grupos siguen. Habrá cambios, no sabemos cuales, pero sigan adelante, no pasa gran cosa.

¿Qué siente que extrañará más al estar en la casa de la calle Bolívar?
Muchas cosas, pero sobre todo los domingos. Sé que la primera temporada me la pasaré muy mal porque echaré de menos a la gente, la Comunidad, las misas aquí tan simpáticas. Esto solamente está en Villa Coronilla, a todo ello echaré mucho de menos.

¿Cuál será su ocupación al dejar de ser párroco?
En la casa de la Bolívar continuaré dando clases en la Universidad Católica, escribiendo folletos de lectura y después alguna vez celebraré misas en la parroquia de de la Compañía de Jesús. No se lo que pasará a futuro, es muy difícil saber.

¿Quién se queda ahora que usted y la Compañía de Jesús se retiran?
Habrá un interinato a cargo del P. Jaime Bartrolt que la gente ya conoce, él tomará responsabilidad de la parroquia y después el Arzobispo tendrá que designar a otra persona.

¿Cuál debería ser la actitud de la Comunidad ante este cambio?
Seguir mas o menos como han sido hasta el presente, la parroquia son los parroquianos, el párroco es solo una pieza. La parroquia ha de seguir igual que el presente, con sensatez. Ojala y todos los grupo que sigan como hasta ahora.

¿Qué sentimientos lo invaden ante esta partida?
Dar gracias de Dios por haber estado treinta años y pico aquí. Yo aconsejo a la gente ver el vaso medio lleno en vez de lamentar el vaso medio vacío.

Dejar la parroquia no es divertido, no es fácil, es morir un poco pero, veamos lo positivo: “He tenido la suerte de haber estado tanto tiempo con la Comunidad de San Pío X donde lo he pasado muy bien”. Doy gracias a Dios de la suerte de haber pasado tantos buenos ratos aquí.

¿Tiene algo más que decirle a la comunidad?
No ha salido todavía el fondo de la cuestión. Yo he venido aquí y la gente viene aquí por Jesús de Nazareth. Él nos reúne, es el centro de la parroquia, los demás estamos aquí porque nos ha llamado. Cambian las personas pero Jesús sigue.

Entonces, el testamento que les dejo diría: “Recen a Jesús y por Él sigan porque por Él han venido y por Él han de seguir adelante”.