lunes, 4 de enero de 2010

LAS VENIDAS DE JESÚS

Jesús vino hace unos dos mil años, de manera sencilla, humilde, sin poder. Se presentó con un Niño indefenso en el portal de Belén. Vino a anunciarnos que Dios es Padre de misericordia, que nos perdona, que quiere que nos amemos uno a otros. Los primeros en recibir esta buena noticia fueron los pastores, como para decirnos que venía para todos, pero especialmente para lo pobres y marginados. Paz es la palabra que en aquel día anunciaron los ángeles, esta paz que todos deseamos y que tanto nos cuesta de alcanzar. Nos estamos preparando para celebrar esta primera venida: recibamos y demos la paz que Jesús nos trajo.

Jesús vendrá, cuando nos llame para decirnos: “vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del reino que ha sido preparado para ustedes desde el fin del mundo”. Será la hora de pasar de esta patria a la Patria definitiva, el cielo, donde estaremos con Él y con todos los seres queridos en la Casa de nuestro buen Padre Dios. No sabemos ni el día ni la hora. Estemos preparados para este última venida del Señor

Jesús viene todos los días, especialmente en su día, el día del Señor, cuando en la Eucaristía no regala su perdón, escuchamos su Palabra que orienta nuestras vidas, no da el Pan de los fuertes para seguir caminando por el camino del bien. Viene también a través de cada hermano, si recordamos aquellas palabras de Jesús: “En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de esos mis hermanos, me lo hicieron a mi”. No esperemos los pocos días navideños para ser buenos y desearnos felicidad. Jesús viene todos los días, y, todos los días hemos de intentar ser buenos y hacer felices a quienes no rodean.

Y, para acabar: FELIZ Y CRISTIANA NAVIDAD les desea este Boletín.

Francisco Dardichón sj.