lunes, 4 de marzo de 2013

Catequistas de San Pio X son animados por Mons. Tito Solari a l

Catequistas de nuestra comunidad parroquial compartieron juntos con al rededor 700 catequistas del envío realizado por Mons. Tito Solari el día domingo 3 de marzo a hrs. 15:00. En representación de la parroquia estuvieron presentes 17 catequistas comprometidos.

La convocatoria para la actividad fue lanzada por la oficina de Catequesis y Biblia del Arzobispado de Cochabamba. Invitaron a todos los asistentes a darse cita inicialmente en la Plaza de las Banderas para congregarse y posteriormente marchar hacia el coliseo del colegio Alemán Santa María, lugar donde tendría lugar la celebración eucarística y envío.

Mons. Tito estuvo presente con los catequistas desde el inicio de la congregación hasta la llegada al coliseo donde recibió a todos los asistentes.

"Me siento muy contento y orgulloso de contar con tantos catequistas en la arquidiócesis" manifestó nuestro obispo y animó a los asistentes a continuar la maravillosa labor de la catequesis ya que él mismo recordaba con cariño y admiración a sus catequistas de comunión y confirmación.


miércoles, 14 de noviembre de 2012

Jóvenes confirman su fe

sábado, 8 de septiembre de 2012

PARA TOMAR EN CUENTA...

En estos 50 años rescatamos algunos resultados del último diagnóstico parroquial realizado por una Asamblea Parroquial (reunión de todos los representantes de grupos y vecinos), el 18 de julio del 2010, en la gestión del P. Jaime Bartroli sj. El mismo buscaba redefinir la dirección y organización parroquial la cual quedó estancada ante los dos cambios de párroco posteriores.

Recordemos lo que este sacerdote afirmó al finalizar la asamblea: “Las determinaciones se las tomará en el Consejo Parroquial, no pongamos plazos porque no es un proyecto definitivo y establecido”. Los resultados de ese entonces vuelven en estos 50 aniversario como señal de lo que queda por hacer en nuestra comunidad.

RESULTADOS DEL FODA PARROQUIAL
FORTALEZAS
► Grupos parroquiales organizados que prestan su servicio comprometido.
► Han pasado distintos sacerdotes y la comunidad sigue viva.
► Muchos grupos y cada uno con un servicio diferente pero con unidad en el conjunto para actividades determinadas.
► Apoyo de tres comunidades religiosas: Jesuitas, La Salle y Doroteas. Los jesuitas fomentan una parroquia abierta.
► Familias con tradición de pertenencia a la parroquia.

OPORTUNIDADES
► Presencia de comunidades religiosas y laicos comprometidos.
► Crear más espacios de formación.
► Formar guías para los distintos grupos.
► Aprovechar fiestas religiosas para reclutar más gente.
► Contacto con otras organizaciones que puedan fortalecer la labor parroquial.
► Apoyo de la Compañía de Jesús para la formación espiritual.

DESAFÍOS
► Falta de un sacerdote que resida permanentemente en la parroquia,
► Deficiencia en la atención al público en algunos casos.
► Falta de información y formación.
► Falta de un guía que articule actividades.
► Ausencia de relación con otras organizaciones de la zona.
► Miedo al cambio de los vecinos y discontinuidad en su participación en la parroquia.
► Ausencia de estrategia para captar nuevos integrantes.
► Formación de nuevos Ministros (Eucaristía, Enfermos, Música, Diáconos y otros).

AMENAZAS
► Poca respuesta de los vecinos para participar en la vida parroquial
► Infraestructura insuficiente.
► Poco interés por la formación espiritual.

La parroquia tiene la firme convicción de llegar más lejos de los resultados obtenidos.

No solo con buenas intenciones haremos una gran comunidad


En los 50 años de la comunidad parroquial todos nos alegramos y agradecemos a Dios por lo que significa para cada persona. Es un tiempo de festejo que no puede quedar solo en la fiesta de aniversario sino que debe ser el inicio de una proyección a futuro. Detrás del cumpleaños de nuestra comunidad existe también una premisa profunda para las nuevas generaciones: “Continuar el legado de organización laical heredado por el P. Alejandro y fortalecido con P. Dardichón”.

La comunidad parroquial San Pio X para muchos de nosotros representa casi la mitad de nuestra vida de servicio y para otros mucho mas de la mitad. Grande es la fortaleza de Dios en personas que pese a las adversidades que pueden venir en sus estudios, con sus padres, sus círculos sociales y su trabajo han sabido mantener firme ese deseo de su corazón y espíritu: Intentar seguir los pasos del Maestro.

Recuerdo con cariño algunos rostros que en mi infancia supieron animarme a seguir el camino de la catequesis. Pero veo también como los años los va cubriendo con su manto blanco y frágil. No solo dieron mucho de sí sino que ¡aún continúan sirviendo a los demás!. Mi insignificancia ante esos espíritus fuertes y convencidos de su labor me ha animado durante mi caminar y como dijo un hombre sabio: “Supieron arder para encender”.

Mi labor de más de 16 años es fruto del fuego de un hombre que con su ejemplo y voluntad repercutió en la esencia misma de la historia del hombre: Jesús. Conocí un poco más de Él gracias a mi catequista de primera comunión (Jose Luis Sánches). En mi adolescencia, Hna. Gloria Jiménez, miembro de las hermanas Doroteas acompañó mi formación en liderazgo. Y finalmente logré tener un encuentro cercano con este gran hombre gracias al P. Francisco Dardichón quien me invitó a hacer los ejercicios espirituales de los jesuitas.

El Señor me ha permitido ser parte de la historia de la comunidad parroquial de Villa Coronilla aunque jurisdiccionalmente no me corresponda. Como muchos de mis compañeros catequistas San Pio X fue el lugar en el cual me sentí a gusto y decidí servir. No somos vecinos, parroquianos como dirían otros pero las personas de esta comunidad nos dieron tanto que hemos intentado retribuirle aunque un poquito siquiera.

He intentando todo este tiempo también “arder para encender”, como lo hizo el Maestro, como el P. Dardi confió que lo hiciera en San Pio X. Lamento que las jóvenes generaciones no hayan podido conocer a las personas con las cuales tuve la gracia de formar mi personalidad y espiritualidad. Pero de seguro hay otros planes para cada uno de ellos, Él siempre tiene un plan y un listado de personas que debemos conocer. Doy gracias públicas a cada una de las personas que me han aconsejado y acompañado.

Pero también es justo reconocer la humanidad, esa que nos caracteriza a cada uno y no nos permite estar en paz con nuestros hermanos. Debo reconocer mi temperamento frío, analítico, práctico y muchas veces hasta orgulloso, con él he lastimado a muchas personas. Vivir en comunidad o en una iglesia universal tiene estos matices pero aunque no quiera admitirlo significan también riqueza de opiniones, debate, diversidad, una comunidad viva... Mil disculpas a esas personas a quienes también pude hacer mal sin quererlo así.

Llamo a gritos a las nuevas generaciones a preocuparse por su formación académica y espiritual. Somos muchas las personas con buenas intenciones de colaborar desinteresadamente pero nuestra comunidad también necesita de personas capacitadas. Es necesario participar de cursos de formación cristiana, participar de retiros espirituales o para los que tienen la posibilidad un curso de teología. Los laicos hemos sido actores principales en 50 años y depende también de nosotros la herencia para los otros 50 años venideros.

No solo con buenas intenciones haremos una gran comunidad sino también con la personalidad e iluminación que nos puede dar la formación.

Felicidades estimada comunidad, mía también aunque ajena.


Richard Romero
Presidente de Catequistas

A LA PARROQUIA DE SAN PIO X


Con motivo de las Bodas de Oro de la Comunidad de San Pío X, se me piden unas palabras. Ahí van, con todo cariño.

Tres grandes gracias me ha concedido el Señor. La primera, la familia donde he nacido, mis padres, mi hermano, excelentes personas, que pudimos vivir en un ambiente cristiano por los cuatro costados, el ambiente donde nació mi vocación a la vida religiosa.

La segunda, fue mi entrada en la Compañía de Jesús, mi segunda familia, que me ha dado el haber conocido a Jesús. En medio de mis fallos, he intentado que sea el Camino, Verdad y Vida de mi existencia.

La tercera gran gracia fue mi destino a nuestra querida Bolivia. Sin desmerecer lo que he vivido y gozado en otras ciudades, sin duda ha sido en Cochabamba donde más tiempo he vivido, y, más en concreto, en la Parroquia de San Pío X que en estos días está celebrando sus Bodas de Oro.

Quiero agradecer a toda la Comunidad parroquial también por tres cosas. La primera, la maravillosa acogida que durante tantos años me ha dado, me he sentido como en mi tercera familia. Con muchos de ustedes he reído, he llorado, he comido y bebido. Hemos hecho comunidad, somos como una gran familia. Me han confiado  sus penas y más de una vez me han quitado el sueño.

También hemos compartido muchas alegrías: bautizos, matrimonio, cumpleaños, Navidades y Pascuas. ¡Lo hemos pasado bien!. Les doy las gracias de tantas horas lindas que hemos pasado juntos, siempre con Jesús en medio de las penas y alegrías porque también, muchas veces hemos rezado en comunidad.

Los segundo que he de agradecerles, es por la gran paciencia que han tenido conmigo: ¡Más de treinta años aguantado al mismo párroco! No siempre les ha tratado como merecían, y ustedes me han aguantado con toda paciencia. Recuerdo muy bien, que, cuando a raíz de mi embolia, quedé sin poder hablar, durante semanas, yo escribía la homilía que Don Walter leía con todo énfasis. Seguía la celebración tartamudeando, trabucando las palabras y ustedes, paciente me aguantaron. ¿Cómo agradecer tanta paciencia? Merecen todos ustedes el premio Nobel de la paciencia.

Finalmente, y tercero, agradecerles los buenos ejemplos que me han dado. De veras, son ustedes gente maravillosa, una comunidad parroquial ejemplar. Son muchos a los que les he visto entregar, con todo entusiasmo, su tiempo, sus energías, sus cualidades a favor de la Parroquia; en los distintos grupos que tienen. Trabajo  oculto, silencioso, año tras año, pero que se intensifica en tiempos extraordinarios: preparación de la Navidad, de la Semana Santa, Primeras Comuniones y Confirmaciones, Aniversario Parroquial, y un largo etcétera. Todo ello me ha ayudado a seguir adelante, y doy gracias al Señor por tantos buenos ejemplos recibidos. Él se lo ha de pagar con creces.

Recen por mi como yo sigo rezando por ustedes. ¡Que Dios nos bendiga a todos!

Francisco Dardichón sj.

UNA COMUNIDAD VIVA

Este aniversario a diferencia de anteriores festejos parroquiales tuvo mucho más tiempo de preparación para su realización. El Consejo Parroquial confió a varios de sus miembros las decisiones que pudiesen presentarse para la preparación del festejo parroquial. Es por ello que rescatamos a continuación algunas actividades importantes:
         Festejo de parte de los catequistas a sus mamás. Intentando darle este año un matiz especial a sus actividades por los 50 años de vida parroquial agasajaron con una eucaristía y cena a sus madres el 27 de mayo, en ambientes de la parroquia.
         Festival de Talentos. En el mes de julio, niños, jóvenes y catequistas participaron de un festival de canto, teatro y baile resaltando el valor de la acogida y resaltando los 50 años de vida parroquial.
         Domingo 26 de agosto. Algunas madres de familia de Primera Comunión prepararon leche con chocolate y lo repartieron a todos los asistentes de la misa de hrs. 8:30. En la noches los padres de familia de confirmación hicieron lo propio. 
            Lunes 27 de agosto. Misa para niños y niñas de la Biblioteca y para el grupo destinatario del grupo "Caritas"
         Martes 28 de agosto. Misa juvenil a la que asistieron jóvenes de los colegios Italo Boliviano y La Salle. La Pastoral Juvenil del Italo invitó torta y refresco a los asistentes después de la misa.
         Miércoles 29 de agosto. La parroquia contó con la visita del recordado P. Willy, quien vino desde Santa Cruz. También estuvo presente el párroco de San Joaquín y un sacerdote dominico. Al finalizar los asistentes participaron de una charla denominada “medicina natural” presentada por una especialista y como preparación al tema del día siguiente.
         Jueves 30 de agosto. Para esta celebración tuvimos la visita de los hermanos del centro San Martín de Porres quienes animaron de denominada misa de “sanación”. Su coro y particularidad carismática animó toda la celebración.
         Viernes 31 de agosto. En esta celebración tuvimos la gracia de contar con varios sacerdotes invitados; pero resaltó la presencia del párroco de San Rafael y de los recordados P. Francisco Dardichón y Osvaldo Chirveches. El ministerio de música se lucio con el tema musical compuesto por ellos para los 50 años de la parroquia.
         Sábado 1 de septiembre. Este año la peña folklórica tuvo el matiz de contar con varios grupos de renombre y de tradición en la parroquia. Existio mayor orden gracias a las tarimas gestionadas y a las graderías. Agradecemos a todas las personas de buena voluntad que colaboraron esos días.
         Domingo 2 de septiembre. El día del peatón no pudo evitar que la celebración parroquial continúe con la venta de diferentes platos y alegría de la gente.
De esta breve manera compartimos la alegría y el movimiento generado por tan importante acontecimiento.

JUNTOS HACIENDO COMUNIDAD


Hablar de nuestra comunidad parroquial Pio X, es hablar de vida, alegría, música, y particularmente de la presencia de un Dios que trabaja en cada uno de nosotros, empujándonos a vivir dentro la comunión -comunidad que se respira en todos los rincones de nuestra pequeña parroquia y que a través de pequeños gestos queremos hacer visible.

Así pudimos ver con gran sorpresa quienes estuvimos de cerca en los preparativos, que nuestra alegría no se reduce únicamente a los 50 años ya vividos, sino a la presencia de tantos hombres y mujeres que hicieron historia y que nos han dejado un legado cargado de fe y de amor a Dios y a los hermanos, pues la entrega silenciosa de tantos hermanos que se ocuparon de cada uno de los detalles de nuestra fiesta parroquial, es una muestra de la presencia de Dios que nos empuja a hacer realidad el lema que nos caracteriza :Haciendo comunidad.

Sin embargo, es bueno tener presente que hacer comunidad no se reduce a algunos momentos particulares, sino a la entrega gratuita cotidiana a los hermanos que caminan y crecen junto a nosotros en la fe y a nuestra parroquia; hacer comunidad es vivir  nuestra fe participando de los actos litúrgicos y de las diversas propuestas que se nos ofrecen para nuestro crecimiento espiritual, sin quedarnos únicamente lo externos, hacer comunidad es aprender a ver a los otros como hermanos porque junto a ellos formamos la Iglesia viva – cuerpo de Cristo. Hacer comunidad es preocuparnos y sentirnos corresponsables del cuidado de nuestra parroquia, procurando a través de nuestro aporte hacer que ella pueda transformarse en un ambiente acogedor que albergue a todos los parroquianos.

Que el buen Dios siga acompañándonos y ayudándonos a vivir juntos haciendo comunidad.

Anònimo